Lo que me hubiera gustado saber sobre la confianza antes de entrar al mundo laboral

Una vez fui a una entrevista enferma.
Tipo, mocos-dripping-de-mi-nariz-enferma.
Venía de un viaje de 4 horas en bus. Tenía dolor de cabeza, fiebre, y lo único que me sostenía era una pastilla para el resfriado y la idea de que “esto tenía que funcionar”.

Y por si fuera poco: se me descargó el celular y tuve que pedirle el cargador a la persona que me estaba entrevistando.
Sí, a la entrevistadora.
Humillante, pero necesario.

Cuando salí de ahí, tuve que hacer otras 4 horas de regreso, en bus, enferma, con los mocos ganándome la batalla.
Pero en esa entrevista, di absolutamente todo.
Porque si me daban ese trabajo, iba a poder independizarme. Y yo quería vivir sola. Yo quería poder decir: lo logré. Así que no importaban los estornudos, la fiebre o las circunstancias, porque para mí, esa entrevista era mi entrada al próximo nivel de mi vida.

Nadie habla de lo mucho que fingimos estar bien

Y eso es algo que me hubiera gustado que alguien me dijera:
La confianza no es andar siempre perfecta, con blazer planchado y respuestas impecables.

A veces la confianza se ve como:

  • Presentarte a la entrevista aunque estés hecha trizas.
  • Pedir lo que necesitas, como un cargador.
  • Aguantar el miedo de “¿y si no soy suficiente?” y aún así intentarlo.

Entrar al mundo laboral no es como lo pintan

Cuando estás empezando, hay una presión silenciosa de “tienes que parecer profesional”… pero ¿qué significa eso cuando estás llena de dudas?

Ves a otras chicas que parecen tener todo bajo control, con prácticas en empresas grandes, inglés perfecto y carisma nivel TED Talk.
Y tú estás ahí, tratando de no sonar nerviosa, buscando en Google qué es un “assessment test” y preguntándote si alguna vez te vas a sentir lista.

La verdad: nadie se siente lista todo el tiempo.
La seguridad no se construye en una noche ni con un curso.
Se construye viviendo momentos incómodos, dudando de ti, y aún así, mostrando tu cara (y tus mocos) igual.

Lo que aprendí después de esa entrevista

  • No tienes que tenerlo todo bajo control para ser capaz.
  • Mostrarse vulnerable no te quita valor; te hace humana.
  • La confianza se entrena, no se hereda.
  • No se trata de eliminar el miedo, sino de no dejar que te paralice.
  • Y que si algo de verdad importa para ti, vas a encontrar una forma de mostrarte, aunque el mundo no sea perfecto ese día.

Si estás ahí, sintiendo que no estás lista…

Quiero que sepas que esa versión tuya que igual va a la entrevista, que igual aplica, que igual levanta la mano…
esa es la versión que te va a llevar lejos.

La que lo intenta con todo y miedo.
La que muestra su cara aunque no se sienta suficiente.
La que quiere algo tanto que no espera sentirse lista para dar el paso.

Tú puedes con esto. Aunque no lo parezca hoy.

¿Quieres herramientas que te ayuden a construir más seguridad en ti y prepararte emocionalmente para entrevistas?
👉 Descarga las guías gratuitas en la página de recursos de Freaking Out in My 20’s.

Leave a Reply

Your email address will not be published. Required fields are marked *